Por Lucía Mozo y Sofía Fadlaoui (1ºBachillerato)
El pasado miércoles 5 de junio, se celebró la graduación de los alumnos de 4º ESO de la promoción 2023 - 2024. Empezando a las seis y cuarto y acabando sobre las nueve, no fue ni mucho menos una ocasión poco especial. Si bien a muchos se les hizo pesada la entrega de diplomas, siendo este sentimiento normal al haberse graduado seis grupos con más de treinta alumnos en cada una, no faltaron las ovaciones, chistes internos entre compañeros y profesores y la grandes sonrisas que alumbraban todo el lugar. Tampoco faltaron los ramos de flores ni las más elegantes vestimentas.
Tras un pequeño fallo técnico del micrófono, la banda “Pan y mantequilla” marcó el inicio de la ceremonia al son de una versión adaptada de
Cuando me vaya. Con Noelia al micrófono, Andrés a la batería, Iván a la guitarra y Desmond al piano, no podría haber comenzado el evento de mejor manera. Entregado el certificado a las clases A y B, llegó el momento de una segunda interpretación. Uniéndose Rebeca con su violonchelo y Cayetana al piano, se interpretó
River Flows in You, pieza que resonó a lo largo de las pistas cubiertas. Otras dos clases más reciben sus diplomas y llega el momento del discurso de profesores, lleno de recuerdos buenos y no tan buenos, como, por ejemplo, el viaje a Lisboa con el famoso “Lo que pasa en Lisboa, se queda en Lisboa”, o el costoso año que algunos alumnos han dado a algunos profesores.
Pasando a otra representación y la graduación, ahora sí, de los últimos alumnos, “Pan y mantequilla” sorprende con un tema propio cómico y cargado de sentimiento, recopilando todo el año escolar compuesta y escrita por nada más ni nada menos que Andrés, el batería de la banda ya conocida por todos nosotros. La graduación se va acercando a su clímax con el discurso de dos representantes de cada clase de los protagonistas de la graduación, llegando así el nudo de una parte de la graduación.
Como es costumbre, no ha podido faltar el picoteo de la graduación. Alumnos con familias e invitados disfrutaron del pequeño momento final de la celebración de sus logros y metas junto a sus compañeros y profesores. Otros aprovecharon para hacerse fotos en la zona decorada para ese fin al final de las pistas cubiertas.
En definitiva, fue un momento emocionante para todos los asistentes. Las risas, lágrimas y abrazos compartidos quedarán para siempre grabados en su memoria, ya que para algunos este será un adiós al instituto, donde crecieron con él hasta lograr verse en ese escenario. Y por último, sin atrevernos a mencionar las cenas y fiestas que, seguro, sucedieron después fuera del centro.