domingo, 28 de noviembre de 2021

Entrevista a nuestro profesor nativo David Logan: ¿Cómo es celebrar Thanksgiving en España?

Para cualquier persona de España, el 25 de noviembre es tan solo un día más en el calendario en el que vamos al instituto o a nuestro trabajo como hacemos normalmente; sin embargo, en Estados Unidos es una fecha especial llena de tradiciones e historia, ya que allí se celebra Thanksgiving, o el día de Acción de Gracias. Ese mismo día tuve la oportunidad de entrevistar a uno de nuestros profesores nativos, David Logan, quien nos enseña cómo es pasar una festividad americana en España.


Tras tres años celebrando esta fiesta aquí, David ya sabe dónde comprar todos los productos que necesita para tener un verdadero día de Acción de Gracias. “A veces es difícil encontrar todo lo que se necesita, en especial la comida, pero con el tiempo aprendes dónde ir” nos cuenta. Y una cosa está clara, Thanksgiving no sería lo mismo sin su famoso plato principal: el pavo. En su caso, David tiene que encargar un pavo a un supermercado de la ciudad, ya que no es algo que normalmente tengan en las carnicerías españolas. Aparte de eso, el resto de ingredientes no son difíciles de encontrar, excepto por una cosa: la salvia. Yo no había oído hablar de esta especia hasta ahora, así que no me sorprende que sea tan complicado dar con ella. “Solo he encontrado una tienda donde la venden” nos cuenta.


Pero como no todos somos tan buenos preparando estos platos como él, tenemos la suerte de que existen restaurantes que organizan comidas especiales durante estas fechas. En concreto, David recomienda un pub Irlandés cerca del parque del Retiro llamado James Joyce Madrid. “Es un poco caro, pero es una buena opción si no te gusta cocinar” comenta. Además de los restaurantes, existen clubs y organizaciones de estadounidenses que pasan juntos este día.


Aunque esta fiesta está hecha para pasar tiempo con la familia, algo tan importante también merece ser celebrado con tus amigos. Es por eso que muchos estadounidenses celebran además el llamado Friendsgiving. “Técnicamente, lo que yo voy a hacer se consideraría Friendsgiving, ya que se trata de celebrar el día de Acción de Gracias, pero con tus amigos en vez de tu familia” nos explica. “Es genial celebrar este día con mis amigos americanos que también viven aquí porque me gusta hacerles sentir como en casa, pero también la celebro con mis amigos españoles que quieren probar cosas nuevas” afirma.

Sin embargo, no es tan fácil hacer una fiesta así durante una pandemia. “El año pasado solo pude celebrarlo con cinco amigos debido a las restricciones, y aunque fuimos muy pocos, di gracias por poder estar con otras personas en ese momento. Este año doy gracias por poder volver casi a la normalidad”.

Y aunque hacer fiestas con tus amigos siempre es divertido, es imposible no echar de menos a nuestra familia durante fechas importantes, ya que al no celebrarse aquí, David no puede ir a Estados Unidos a reunirse con sus seres queridos. “Aunque todos los años haga las recetas de mi abuela, no se siente igual que cuando ella las prepara” confiesa.

Es genial tener la oportunidad de conocer otras festividades y aprender a celebrarlas. Gracias a David, puede que nosotros también celebremos esta fecha, así que, como dirían en Estados Unidos: Happy Thanksgiving!

Entrevista y redacción: Sandra Rodríguez Vega (1º de bachillerato)

jueves, 25 de noviembre de 2021

Andrea Miguélez, campeona mundial de Paratriatlón

El pasado 5 de noviembre, Andrea Miguélez, alumna de Ciclos formativos del IES Villa de Valdemoro se alzó con la medalla de oro en el Campeonato mundial de Paratriatlón que se celebró en Abu Dabi. 

Algunos miembros del equipo de redacción de la revista Trizas han tenido la oportunidad de entrevistar a Andrea Miguélez con motivo de su victoria. Lo primero que nos sorprende al conocer a Andrea es la actitud positiva que derrocha. Dispuesta desde el principio a compartir con nosotras su experiencia, no duda ni un segundo en facilitarnos un momento para poder encontrarnos, así dedicamos dos recreos a entrevistarla. 

Tras la dulzura de su físico, descubrimos una chica arrolladora, llena de energía y de encanto. Su sonrisa parece traspasar la mascarilla que nos cubre a todos el rostro. La magia de la comunicación con ella brilla desde el principio. Andrea nos cuenta que entrena en triatlón desde hace siete años y, actualmente, solo descansa un día a la semana de la rutina del ejercicio. El triatlón es un deporte que requiere mucha disciplina y una gran voluntad, porque implica la realización de tres disciplinas deportivas de manera consecutiva: natación, ciclismo y carrera a pie. Estas pruebas se realizan en orden y sin interrupción de manera que el triatleta debe ejecutar con mucha rapidez la transición entre pruebas para perder el menor tiempo posible.

Hace once años, Andrea sufrió una operación cerebral que le ha provocado una parestesia en el brazo y la pierna izquierdos. Esta dificultad no le ha impedido en ningún momento practicar su deporte favorito, pero en abril su entrenador le comentó que iban a someter su caso a un tribunal con el fin de clasificarla como deportista de paratriatlón. Tras las pruebas pertinentes, Andrea fue clasificada en la categoría PTS3 para deportistas con una discapacidad significativa. Lo que ella no esperaba es que esta clasificación le abierta las puertas para acceder a competiciones como el Campeonato de Duatlón de España, que se celebró en junio, y en el que se alzó con la medalla de oro. Esta victoria, junto con la del Campeonato de Europa, le permitieron clasificarse para el Campeonato mundial de Abu Dabi.

Andrea, con solo 18 años, viajó con el equipo de deportistas de paratriatlón de España. "Era la primera vez que viajaba sin mis padres. Estaba muy nerviosa, sobre todo por la maleta de la bici." La bicicleta de Andrea está adaptada, ya que lleva los frenos y los cambios de los platos en el manillar de la derecha. "Es una bicicleta cara, porque es especial. Además, la maleta para guardar la bici me la habían prestado y pesa muchísimo. ¡Menos mal que me ayudaron cuando llegué al aeropuerto!"

La estancia en Abu Dabi durante los días previos a la prueba fueron de nervios y de entrenamientos. "Hacía muchísimo calor. Imaginad más de 35 grados y una humedad de casi un 70%. Recuerdo esos días sudando permanentemente. Eso sí, no salíamos de la piscina de hotel en todo el día." Andrea nos confiesa que sentía miedo y que no se creía capaz de superar todas las pruebas. "Hablé con un compañero y me animó aconsejándome que me centrara en la técnica y que no pensara en el resto de competidoras. Y así lo hice."

Cuando empezó la prueba ya hacía calor, aunque eran las diez y media de la mañana. "Mi entrenador me dijo que me preocupara sobre todo por estar hidratada, porque tanto calor y tanta humedad pueden resultar fatales para los deportistas." La prueba comenzó con 750 metros de natación y, a continuación, llegó la primera transición. "En las transiciones es donde yo gano tiempo, porque dejo las zapatillas colocadas en los pedales de la bicicleta, de forma que me subo a ella directamente y comienzo la prueba de los veinte kilómetros de ciclismo sin parar prácticamente. Otras compañeras se paran a colocarse las deportivas y pierden demasiado tiempo." Tras la segunda prueba, todavía quedaban 5 kilómetros de carrera a pie, pero afortunadamente para Andrea ya llevaba la suficiente ventaja sobre sus compañeras como para disfrutar de su victoria. "Fue emocionante llegar a la meta. Los últimos metros se corren sobre una alfombra azul. ¡Fue impresionante llegar la primera!"

El timbre del final del recreo nos deja con el sabor de la alegría de haber conocido a Andrea, una verdadera campeona que está superando a diario los obstáculos que la vida va poniendo en su camino. Con pasión, ha decidido vivir su vocación de deportista. ¡Ojalá podamos acompañarte en tus próximas victorias, querida Andrea! ¡Ojalá estemos animándote en las Paraolimpiadas de París 2024!



Día Internacional contra la Violencia de Género


Hoy, 25 de noviembre, se ha celebrado el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, por este motivo el Equipo de Convivencia del instituto ha preparado un acto en apoyo a las víctimas. Dicho acto, que se ha desarrollado durante los dos recreos, ha consistido, en primer lugar, en la lectura, por parte de dos alumnos, del poema de José Manuel García "El Minotauro come carne de mujer", perteneciente al poemario del mismo título.


A continuación, todos los participantes en el acto, junto al público asistente se han tomado de las manos para rodear el gimnasio simbolizando de esta manera la unión y la fuerza de todos frente a esta lacra social.



lunes, 22 de noviembre de 2021

Yincana por los Derechos del Niño

El jueves 18 y el viernes 19 de noviembre tuvo lugar, en el IES Villa de Valdemoro, una yincana sobre los Derechos del Niño. Esta actividad fue organizada por el equipo de convivencia del instituto y en ella participaron alumnos de 1º y 2º de ESO. 

La yincana estaba organizada en diferentes puestos que los alumnos tenían que buscar en el patio del centro, así como en alguna clase de la planta baja del instituto. Cada puesto se centraba en un derecho. De esta manera, se incluían derechos fundamentales como el Derecho a Ser Niño, el Derecho a la Libertad, el Derecho a la Identidad, el Derecho a la Salud, o el Derecho a los Cuidados Especiales, entre otros.

Cada alumno participante tenía un carné que iba completando al visitar cada puesto. En el puesto final los alumnos podían escribir una reflexión sobre un derecho  o un pensamiento que les hubiera surgido a raíz del recorrido por la yincana. Todos los participantes que completaron el recorrido han optado a participar en un sorteo con premios variados. La participación en esta actividad ha sido muy alta y tanto los alumnos colaboradores como los participantes han podido disfrutar de un recreo divertido y solidario. 


lunes, 8 de noviembre de 2021

Entrevista a Julia Morillo: “Me habéis enseñado infinitamente más de lo que yo os he enseñado a vosotros


El pasado 2 de noviembre tuvimos la oportunidad de entrevistar a Julia Morillo, profesora de Lengua del instituto, que nos mostró todo el cariño y las ganas que le ha puesto a su trabajo durante los ocho años que ha pasado con nosotros, y nos habló sobre los planes de futuro que tiene tras su jubilación.

Lo primero que destaca a la hora de acercarnos a Julia es su voz; es dulce y clara. Después, es su mirada la que nos cautiva. Tiene una mirada juvenil y serena, aunque nos demostró, a lo largo de la entrevista, que una enorme pasión por su trabajo se esconde tras una aparente fragilidad.

Aunque ser profesora era su sueño desde pequeña, no siguió ese camino directamente, pues estuvo trabajando veinte años en Renfe siguiendo la tradición familiar; sin embargo, en un momento de su vida decidió que se convertiría en la primera profesora de su familia. “Aunque disfruté mucho de aquella época en Renfe, llegó un momento en el que me preparé la oposición y quise dedicarme a esto”, nos comenta. Pero este tiempo que pasó entre trenes no fue en vano, ya que reconoce que sin esos años de experiencia no sería la misma profesora que ha conseguido, una profesora apasionada que ha cumplido un sueño y que, sin duda, ha dejado huella en sus alumnos, pues nos comenta que, si tuviera que elegir la parte favorita de su profesión, sería el trato que ha tenido con ellos. “Me habéis enseñado infinitamente más de lo que yo os he enseñado a vosotros”.

Durante sus años de bachillerato, su profesora de francés le influyó para estudiar la carrera de Filología francesa; pero su intensa afición a la lectura y su pasión por la Literatura española, le llevaron a tomar la decisión de prepararse la oposición de Lengua y Literatura y, tras aprobar los exámenes, pudo obtener plaza como docente.

No todos los momentos que ha vivido durante estos años como profesora han sido buenos; Julia nos confiesa su intolerancia hacia las faltas de respeto entre alumnos que se dan de vez en cuando dentro de clase. “Aunque no me gusten esos momentos, no estamos en clase solo para aprender Lengua, sino también para aprender a convivir entre nosotros”.

A pesar de estas malas experiencias, nos comentó que tiene muchas más anécdotas buenas que malas. “La mejor anécdota que me ha pasado es encontrarme con alguno de mis alumnos por la calle y que me saluden y me digan que le gustaban mis clases”, nos comenta conteniendo las lágrimas y consiguiendo emocionarnos a todas nosotras con estas palabras.

Según ella, lo esencial a la hora de ser profesor es la paciencia, una virtud que solo se puede obtener estando con los alumnos, aprendiendo a convivir con ellos y a transmitirles el conocimiento de la forma correcta. “Sin embargo, un profesor nunca debe olvidar lo fundamental y la base de toda profesión: el respeto, tanto dentro como fuera del aula”. El cariño también es esencial a la hora de enseñar, y la forma de contarnos todas sus vivencias nos deja claro que nunca le faltó en su recorrido profesional. “En la página de dedicatorias de mi tesis doctoral, dejé un espacio para mis alumnos, agradeciéndoles cuánto me han enriquecido, no solo como profesora, sino también como persona”.

Esta profesora no reserva su talento solo para el Villa; también da clases en la Universidad Nacional de Educación a Distancia, y al preguntarle por las diferencias entre el instituto y la universidad nos comentó que, aunque en las ganas de transmitir conocimientos no hay diferencias, ella tiene que “cambiar el chip” a la hora de dar clases en la facultad, ya que sus alumnos suelen ser adultos y sus clases son de un nivel mucho más avanzado.

Julia nos cuenta que, tras jubilarse, permanecerá investigando en la UNED para profundizar en el tema de su tesis doctoral sobre literatura de viajes del siglo XIX con la que consiguió la máxima puntuación y el premio extraordinario de doctorado. De su tesis contamos en la biblioteca del instituto con un ejemplar donado por la propia autora. Además, quiso resaltar que, aunque mucha gente cree que la investigación es solo propia de las ramas científicas y tecnológicas, la investigación en las disciplinas de humanidades también existe y es tan importante y apasionante como en otras ramas de investigación.

Gracias a este nuevo camino que va a emprender, no siente que la jubilación le vaya a impedir dedicarse a su vocación, aunque nos confiesa que echará de menos la sensación de entrar en clase y encontrar las sonrisas de sus alumnos. “No voy a negarlo, también echaré de menos las que se montan algunas veces en clase”, nos dice entre risas.

Para ella, ser del Villa ha sido como pertenecer a una segunda familia, gracias al cariño tanto del alumnado como de sus compañeros y de todo el personal del centro. “Durante unos años me trasladaron a otro instituto, pero desde el primer momento quise volver al Villa, y me alegro mucho de haberlo conseguido”.

Con un nudo en la garganta nos despedimos de Julia a la que siempre recordaremos como una excelente profesora y compañera.

Todo el centro te desea lo mejor y espera que el resto de experiencias que vas a vivir a partir de ahora sean tan buenas como las que nos has transmitido en esta entrevista. Esperamos que vengas a visitarnos a menudo. ¡Hasta pronto, Julia!

Entrevista y redacción: Sandra, Mariana, Rocío y Claudia
Fotografías: María

jueves, 4 de noviembre de 2021

El baloncesto. Más que un deporte

El baloncesto se creó en 1891 por Naismith. Como todos sabemos, se trata de un deporte en el que diez jugadores se enfrentan para conseguir meter más canastas. Sin embargo, hoy no vengo a hablar de la historia del baloncesto tal y como la conocemos, sino a hablaros de lo que nos aporta este deporte.

Muchos de los que juegan a este deporte solo lo hacen por hacer un poco de ejercicio o por ganar alguna competición, mientras que otros lo hacen por diversión y porque les gusta.

El baloncesto es más que un deporte, es una segunda vida para muchos de los que lo practicamos. Detrás de cada jugador, hay toda una historia, con momentos buenos y malos, con victorias y errores, con alegrías y desilusiones, pero sobre todo hay un equipo que se convierte en una segunda familia.

Detrás de un jugador también hay mucho trabajo, esfuerzo e implicación. En todos los entrenamientos se necesita concentración, pero también se disfruta de momentos de diversión. En ellos se aprende mucho, desde jugadas nuevas a mejoras en la técnica de tiro, pero, sobre todo, es un momento estupendo para despejarse de los estudios y pasarlo bien con los compañeros de equipo. Los que jugamos al baloncesto sabemos lo que se siente cuando nos quitan un balón jugando un partido, o si fallamos una canasta. Pero todo tu equipo está siempre para animarte y recordarte que a la siguiente lo harás mucho mejor.



























Ver un partido de baloncesto no es lo mismo que jugarlo. Cuando juegas un partido sientes la adrenalina a flor de piel y disfrutas solo de pensar en poder meter alguna canasta y que todo tu equipo y el público te aplaudan por ello. Pero, al igual que tu equipo te apoya, tú también haces lo mismo, no solo porque ellos lo hacen contigo, sino porque sois un equipo y os ayudáis entre todos. También se siente una enorme satisfacción cuando una jugada sale tal como la planeasteis. O simplemente el propio orgullo de saber que estás defendiendo bien al contrario. Sin embargo, los jugadores también cometemos errores; no todas las jugadas salen bien. A veces perdemos pases y fallamos canastas, pero no pasa nada. Cualquiera puede equivocarse, incluso el mejor jugador de la NBA. Estamos para aprender y mejorar.

En mi opinión, los partidos más interesantes son los que se juegan en la categoría sub22. Al tratarse de jugadores más mayores, se vive con más emoción cada partido, y son mejores en cuanto a la técnica. Además, en estos partidos el público anima con más fuerza. Suenan bocinas y aplausos, e incluso a veces se escuchan críticas al árbitro. Cuando se enfrentan dos equipos del mismo nivel, el partido avanza con el marcador muy igualado hasta el final y es en ese momento decisivo en el que la tensión aumenta. Al final, la balanza se inclina hacia uno de los dos equipos. 



























Como jugadora de baloncesto, pertenezco a un equipo femenino. Y tanto dentro como fuera de los entrenamientos, nos comunicamos muy bien, nos queremos y nos sentimos como en familia. Sin duda, os animo a practicar este deporte y a formar parte de un equipo. ¡Vais a pasarlo muy bien!

Redacción: Carla Gordo (3º ESO)

Ao No Flag, un manga japonés que nos llega al corazón

 <<Tienes a tu mejor amigo… Y a tu pareja. Solamente puedes salvar a uno… ¿A quién elegirías? Una pregunta supercliché… Aunque yo… No tengo ninguno de los dos, así que no puedo elegir.>> Este es el comienzo de Ao no flag, un manga japonés, escrito y dibujado por Mangaka Kaito.

En esta historia se nos presenta a Taichi, un estudiante de instituto que está cursando su último año. El protagonista se encuentra en el momento más importante de su vida, ya que debe elegir qué va a hacer en el futuro.

Ya sé lo que estaréis pensando… "¡Ah! Seguro que este es otro drama romántico típico e insípido, de los que se han visto un millón de veces antes". Pues no, para nada. En absoluto. No podríais estar más equivocados. Aunque es cierto que el amor es un tema que se trata en esta historia, no es la trama principal; de hecho, incluye otros muchos temas, como el acoso escolar, la amistad, la salida del armario, la presión social y la libertad de expresión; eso sí, de una forma increíblemente realista y muy humana.

Los personajes que podemos encontrar te harán reír, llorar, morir de ternura, reflexionar o querer golpear una almohada con todas tus fuerzas por rabia o impotencia. Y esa es otra característica que convierte en mágico este manga: sus personajes son personas normales y corrientes con problemas y miedos, iguales a los que podríamos tener tú y yo.


Este relato consiste en la recreación de la vida de este chico y de sus amigos en un intento de encontrarse y buscar su lugar en el mundo, a la vez que los protagonistas reflexionan sobre las millones de preguntas que todos nos planteamos en la vida real.

Sé que el mundo de los anime y del manga conlleva un montón de prejuicios y de ideas negativas, pero no todo es lo que parece y, si os animáis a leer esta historia, estoy segura de que terminaréis encontrando algo que merece la pena atesorar.

Pienso sinceramente que Ao no flag es una historia que todo el mundo debería leer, porque incluye entre sus páginas reflexiones que llegan a lo más profundo de uno mismo. Cada una de las viñetas consigue hacer vibrar al lector  no sólo por las palabras, sino por la belleza de sus dibujos, cuidados y trabajados con esmero. Cada mirada, cada silencio, cada gesto te atravesará, te llegará al corazón.


 Redacción: Rocío Pastor (2º de Bachillerato)