Durante los días 21 y 22 de abril, una docena de escritores, entre ellos José Manuel García e Ismael Alonso, docentes del IES Villa de Valdemoro, ha participado en la I Feria del Libro de Autores Locales de Valdemoro. Entre las numerosas actividades desarrolladas durante esos dos días y que pudieron compartir los asistentes, destaca la del 'Juego de las palabras'. Tras elegir al azar cuatro de nuestro riquísimo vocabulario castellano, el visitante tenía que confeccionar lo que se le ocurriera, apoyándose en estas voces.
He aquí lo que surgió de cada uno:
“A mi padre le dieron un premio Nobel,
por el libro
al amanecer cuando suene el hacha”.
Elena Lizasoaín Sánchez
“Yo quiero idealizar
y me joroba si no
lo puedo alcanzar.
Me empezaba a inquietar,
pero, al concluir estos dos
renglones, sea bien o mal,
ya me empiezo a contentar”.
Carlos Bautista
“Mi cometa lucha
contra el viento de la verdad,
para que las palabras retumben
en el fulgor del eco”.
Yolanda
Iscar
son como una fuente de esperanza
para nuestra humanidad perdida”
Basilio
“Perfumado el viento,
hace volar la cometa.
Amaina la brisa
y los colores desaparecen
en el fulgor del eco”.
Pilar G. Bastanchury
“Me dicen que quieres
al sentir inquieto.
Como si tuvieras joroba,
sólo deseo una cosa:
amor verdadero.”
Miguel
G. Alguacil
“Tu nombre me espera;
me urge tu presencia;
Mis palabras no son bagatela,
son toda una declaración
de intenciones
que espero estimes
impecable.
Siempre tuyo: M.U”
Matilde Urbach
“Me hablará la noche
del galán gigante
que me eclipsó”
Beatriz
“Me hablará la noche,
ensimismándome estar habilitada
para eclipsar al galán que amo.
Pero el amor no entiende
de consejos, solo de deseos.
Mi galán no es perfecto,
pero está habilitado para perfilar
mi fuego…
me
hablará la noche”.
Manu
García
“Rumoroso. Tu baile y tu ausencia.
Madrugan tus labios sobre el dintel
del estío.
Una vuelta, otra más. Vi tu mirada
tierna. ¿O era mi voz que te susurraba
Al oído vientos venideros?
Rumoroso. Aún pienso en ti.
En los días que fueron ayer,
bajo la ola de tu cuerpo abandonado”.
Ismael Alonso
“Me dicen que quieres romper
una ambulante taberna”.
Rubén García (7años)
“No fue cualquier bagatela. No lo podía ser.
Silenciosamente pasó el tiempo y con él
lo que sentía el uno por el otro.
Siento que te pierdo. Y en aquella ocasión
lo dijiste tú. Antes nos lo habíamos dicho.
No lo podemos negar: esto empieza a oler mal
y la rutina no puede marcar nuestros días”.
Javier Lizasoaín
“El taciturno dedica la noche
a ganar el sueño, síntoma
de fuerza y no de debilidad”
Isabel Garrido
“Vivía una jirafa
muy alta en el desierto de África junto a su familia. Un día, mientras
alargaba su lago cuello para coger hojas, escuchó un sonido muy agudo: era el
rumor del viento. Le decía que había unas jugosas y verdes hojas en un
arbusto, debajo del gran roble blanco del lago.
Cuando la
jirafa lo encontró, descubrió que era completamente inaccesible para él,
ya que tenía que bajar mucho el cuello al ser tan alto y no lo podía
hacer.
Ya cansado de
intentarlo, le pidió a su amigo el coyote que si le podía ayudar a conseguir la
comida. Cuando ya la tenían, disfrutaron de un gran banquete de hayas verdes y
jugosas. Y la jirafa pensó y reflexionó sobre este refrán: quien tiene un amigo, tiene un tesoro”.
Marta Lizasoaín Sánchez
“Confundido
porque no sabía qué hacer, el bandido entró en la taberna del pueblo.
Había sido un
error falsificar su
pasaporte y ahora habían puesto precio a su cabeza.
-¿Qué le
sirvo? – preguntó la tabernera tras la barra.
-No mires al
cielo – respondió él.
Desesperado, el hombre rezaba para que ese fuera el bar correcto y esa la contraseña que lo sacaría fuera
del país”.
Mariola G.G.
“El agua que no calma la sed
es como un vegetal perfumado:
no se puede labrar”.
Antonio Paredes
NOCHE
DÉBIL DE GALÁN
“Cuatro trozos de papel cogí
de cuatro cajas de color.
Una de ellas decía: dedicar la noche,
otra…s: débil, galán, ganar.
Y yo me pregunto: ¿qué puedo yo
hacer?
Mi otro yo me dijo al oído: tú puedes,
tú sabes. Dedica a la noche de sueños
y embargo de galán, a la débil
y frágil luna del anochecer
y el despertar. El ganar es un débil
galán del amor de la noche”.
Alba Santos
“Tengo que escribir un poema
que diga: prolongar ausencias, jadear,
obsesión, blanco…
y no sé qué decir.
Como no sé qué decir
cuando se despierta un amigo
y su ausencia rasga el corazón
y la memoria.
Como no sé qué decir
en la blanca obsesión
de cada página.
Como no sé qué decir
cuando mi perro me mira
jadeante y expectante.
Debería escribir algo importante,
sobre reyes, mundos o astronautas,
es más fácil pensar filosofía
que tratar con palabras cotidianas.
José Manuel García
“Hoy era un
día como otro cualquiera a bordo del Gran Lañas, un barco que perteneció a un grupo de piratas hace unos
años, y que hoy es propiedad de la familia Sancho, a la que yo
pertenezco.
Sin embargo,
era un día diferente al resto. El cielo estaba nublado, pero no había nubes. Estaba confundido, así que decidí preguntarle a mi padre por qué
hoy el cielo estaba así. Cuando me acercaba a su camarote, me puse enfrente
de la puerta y la golpeé dos veces. Poco tiempo después, oí a mi padre decir: “Pasa, Carlos, pasa”. Al
entrar, vi algo extraño en toda la habitación. Las ventanas estaban tapadas con
mantas y mi padre les daba la espalda. Yo, como un niño de seis años, me empecé
a asustar, y sentí cómo un escalofrío me
subía desde mis pies hasta el último pelo de mi cabeza.
Había un gran
silencio y las únicas palabras que salieron de la boca de mi padre fueron:
“Carlos, hoy no mires al cielo”. Yo asentí con la cabeza y me quedé
sentado en la cama de mi padre durante bastante tiempo. Cuando ya estaba punto
de dormirme, escuché otra frase que salió de boca de mi padre: “Quien desgaste su
tiempo, desgastará su vida”. Momentos después, me quedé dormido”.
Silvia Lizasoaín
“Acepto mis sombras,
mi ignorancia
sobre las cosas todas;
mis deseos en ti
ya deshabitados”
Remedios Nieto
Y
como no había una edad determinada para participar en este juego, aquellos que
por su edad aún no sabían leer y, por lo tanto, juntar las palabras para
expresarse, nos dejaron su mensaje de la manera que mostramos, como Laura, de
solo cinco años.
Me sigue fascinando el de Mariola. Felicito a Silvia Lizasoain que promete y aclaro que las iniciales finales del mio no son A.U. sino M.U. de Matilde Urbach, que curiosamente coinciden cona las inicilaes del nombre de mi padre Mariano Utrillas.
ResponderEliminarSí, tienes razón: el microrrelato de Mariola es una verdadera maravilla. Ya he corregido lo que me dices respecto a la firma errónea. Y Silvia, en fin, una promesa firme: lo lleva en la sangre, créeme. Un abrazo.
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