El baloncesto se creó en 1891 por Naismith. Como todos sabemos, se trata de un deporte en el que diez jugadores se enfrentan para conseguir meter más canastas. Sin embargo, hoy no vengo a hablar de la historia del baloncesto tal y como la conocemos, sino a hablaros de lo que nos aporta este deporte.
Muchos de los que juegan a este deporte solo lo hacen por hacer un poco de ejercicio o por ganar alguna competición, mientras que otros lo hacen por diversión y porque les gusta.
El baloncesto es más que un deporte, es una segunda vida para muchos de los que lo practicamos. Detrás de cada jugador, hay toda una historia, con momentos buenos y malos, con victorias y errores, con alegrías y desilusiones, pero sobre todo hay un equipo que se convierte en una segunda familia.
Detrás de un jugador también hay mucho trabajo, esfuerzo e implicación. En todos los entrenamientos se necesita concentración, pero también se disfruta de momentos de diversión. En ellos se aprende mucho, desde jugadas nuevas a mejoras en la técnica de tiro, pero, sobre todo, es un momento estupendo para despejarse de los estudios y pasarlo bien con los compañeros de equipo. Los que jugamos al baloncesto sabemos lo que se siente cuando nos quitan un balón jugando un partido, o si fallamos una canasta. Pero todo tu equipo está siempre para animarte y recordarte que a la siguiente lo harás mucho mejor.
Ver un partido de baloncesto no es lo mismo que jugarlo. Cuando juegas un partido sientes la adrenalina a flor de piel y disfrutas solo de pensar en poder meter alguna canasta y que todo tu equipo y el público te aplaudan por ello. Pero, al igual que tu equipo te apoya, tú también haces lo mismo, no solo porque ellos lo hacen contigo, sino porque sois un equipo y os ayudáis entre todos. También se siente una enorme satisfacción cuando una jugada sale tal como la planeasteis. O simplemente el propio orgullo de saber que estás defendiendo bien al contrario. Sin embargo, los jugadores también cometemos errores; no todas las jugadas salen bien. A veces perdemos pases y fallamos canastas, pero no pasa nada. Cualquiera puede equivocarse, incluso el mejor jugador de la NBA. Estamos para aprender y mejorar.
En mi opinión, los partidos más interesantes son los que se juegan en la categoría sub22. Al tratarse de jugadores más mayores, se vive con más emoción cada partido, y son mejores en cuanto a la técnica. Además, en estos partidos el público anima con más fuerza. Suenan bocinas y aplausos, e incluso a veces se escuchan críticas al árbitro. Cuando se enfrentan dos equipos del mismo nivel, el partido avanza con el marcador muy igualado hasta el final y es en ese momento decisivo en el que la tensión aumenta. Al final, la balanza se inclina hacia uno de los dos equipos.
Como jugadora de baloncesto, pertenezco a un equipo femenino. Y tanto dentro como fuera de los entrenamientos, nos comunicamos muy bien, nos queremos y nos sentimos como en familia. Sin duda, os animo a practicar este deporte y a formar parte de un equipo. ¡Vais a pasarlo muy bien!
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