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Antonio Suárez y Rita Martínez, durante el acto del pasado día 26 de junio. |
Rita, al final no te hemos podido convencer, y mira que lo hemos intentado: Rita no te jubiles, te vas a aburrir, vas a salir perdiendo. Si hasta hemos echado cuentas, pero nada te vas. Haces bien, claro que sí, cualquiera que te conozca sabe que no te vas a aburrir y que lo de salir perdiendo, ni siquiera es relativo, es falso. Aquí el problema lo tenemos el Instituto, y un poco más por cercanía, el departamento de Matemáticas, y no es que te vayas, el problema es que nos dejas.
Al jubilarte, vamos a dejar de aprender de ti:
-Aprender, cuando con los calores de junio y septiembre, obligados a dejar las puertas abiertas para que corra el aire, te escuchamos en la clase de al lado serena, paciente, con la voz firme, pero de madre, o de abuela.
-Aprender, en nuestras reuniones de departamento, a saber escuchar y aportar con mesura tus sugerencias y opiniones.
-Aprender a estar cuando se te necesita, para el Cross, para una excursión, atenta en el Claustro. Siempre atenta, desde el tedioso momento de la lectura de un acta, de lo que puedo dar fe, hasta el pesado momento del recuento de unos votos. Y esto lo hemos comprobado hace un par de meses, nos libraste a todos de repetir una votación.
-Aprender a saber lo que los alumnos necesitan, cómo quieren que se les enseñe.
-Y muchas más cosas que vamos a dejar de aprender.
Aquí te hemos conocido como profesora de Matemáticas, Y yo, que tengo mis manías, me he puesto a pensar cuál sería el número de Rita,
Al jubilarte, vamos a dejar de aprender de ti:
-Aprender, cuando con los calores de junio y septiembre, obligados a dejar las puertas abiertas para que corra el aire, te escuchamos en la clase de al lado serena, paciente, con la voz firme, pero de madre, o de abuela.
-Aprender, en nuestras reuniones de departamento, a saber escuchar y aportar con mesura tus sugerencias y opiniones.
-Aprender a estar cuando se te necesita, para el Cross, para una excursión, atenta en el Claustro. Siempre atenta, desde el tedioso momento de la lectura de un acta, de lo que puedo dar fe, hasta el pesado momento del recuento de unos votos. Y esto lo hemos comprobado hace un par de meses, nos libraste a todos de repetir una votación.
-Aprender a saber lo que los alumnos necesitan, cómo quieren que se les enseñe.
-Y muchas más cosas que vamos a dejar de aprender.
Aquí te hemos conocido como profesora de Matemáticas, Y yo, que tengo mis manías, me he puesto a pensar cuál sería el número de Rita,