Raquel Martínez Martín
10/04/2015
En los últimos días, estamos siendo espectadores de
actos vandálicos considerados por muchos como “verdaderas atrocidades” que
afectan, directamente, al legado cultural mundial. Los últimos ataques a manos
de los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) han tenido como objetivo
decenas de estatuas históricas del Museo de la Civilización de Mosul, al norte
de Irak.
Sin embargo, según ha revelado el presidente de la
Comisión de Turismo y Antigüedades de la provincia de Nínive, la mayoría de las
obras destruidas no son las obras originales. Esto se debe a que el Gobierno
local lleva restaurando el museo que ha sido víctima de los ataques desde hace
varios años y trasladaron a Bagdad las figuras más importantes para que no
sufrieran daños a causa de las remodelaciones. Pese a ello, algunas de las
obras destruidas tenían un valor cultural y económico incalculable.
En forma de vídeo propagandístico y excusándose en
que “los pueblos de la antigüedad adoraban a ídolos en vez de a Alá”, este
grupo ha destruido casi tres milenios de historia a base de martillazos. De
esta forma pretenden hacer ver al mundo una versión radical del islam.
Por desgracia, éste no ha sido el único punto de mira de este grupo. Desde
el pasado febrero se han difundido varios vídeos destruyendo obras culturales.
- El 27 de febrero difundieron un vídeo destruyendo obras del Museo de la Civilización de Mosul que databan de la época asiria en los siglos VIII y VII a.C.
- El 5 de marzo destruyeron la ciudad asiria de Nimrud fundada en el siglo XIII a.C.
- El 7 de marzo atacaron la ciudad de Hatra y, al día siguiente, saquearon y destruyeron la zona arqueológica de Dur Sharrukin, actual ciudad de Jorsabad. En este último ataque, hicieron uso de excavadoras y robaron varias antigüedades.
Además, este tipo de atentados han sido perpetrados
en otros momentos de la historia por más grupos yihadistas con la misma visión
radical del islam. Por ejemplo, la ciudad de Tombuctú, en Mali, sufrió en 2012
ataques de grupos extremistas que lograron ocupar la ciudad durante un año. Por
otro lado, si nos remontamos a años anteriores, no es la primera vez que el
Museo de la Civilización de Mosul sufre ataques y robos. Durante la invasión
estadounidense de Irak, en 2003, las piezas más importantes del centro cultural
fueron robadas.
Las reacciones ante esta nueva barbarie no se han
hecho esperar. La directora general de la Unesco, Irina Bokova, ha expresado su
consternación ante las imágenes difundidas ya que, según ella, “incitan a la
violencia y al odio”. Por su parte, la Unesco ha utilizado las redes sociales
para transmitir su total oposición a estos ataques y ha hecho un llamamiento mundial
para que el mundo se revele “en contra de las fuerzas que intentar dividir
Irak”.
Todos los ataques sufridos por estas ciudades que
acogen en su territorio importantes obras de la historia de la humanidad han
causado pérdidas irreparables y han hecho que algunas de estas zonas estén a
día de hoy irreconocibles a nivel político, social, económico y cultural.
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