domingo, 6 de mayo de 2018

I Concurso de Poesía Miguel Hernández. curso 2017-18

En primer plano, fotos de los ganadores de los concursos de relato y poesía.

El pasado 25 de abril se anunciaron los nombres de los ganadores del I Concurso de Literario de Poesía Miguel Hernández, organizado por el Departamento de Lengua del IES Villa de Valdemoro con la colaboración del Concejalía de Educación del Ayuntamiento de la localidad.
El certamen estaba destinado a todos los alumnos de la población que cursaran 3º y 4º de ESO, Bachillerato y ciclos formativos.

Los agraciados fueron los siguientes:


  • PRIMER PREMIO: Irene Martínez Vialás, alumna de 2º de Bachillerato del IES Villa de Valdemoro, con su poema Apología a ti.

Una miembro del jurado, destacada poeta, ha resaltado sobre el poema premiado:

“Aunque íntimo y personal (tema amoroso), es, al mismo tiempo, un poema universal, llevando el concepto “miedo” a una poética que no cae en el error de mezclar verso libre con verso rimado, y consigue transmitirnos un plus de sensaciones, con las que todos nos podemos sentir perfectamente identificados. Así mismo, son de valorar muy positivamente las metáforas elegidas, el zigzagueo empleado a la hora de expresar dudas, contrasentidos, deseos… Un “caos poético”, al fin y al cabo, tan sutil como patente, que pasa casi inadvertido para el lector poco acostumbrado a la buena y auténtica poesía”.

  • ACCÉSITAna Gallego Almodóvar, alumna de 2º de Bachillerato del IES Villa de Valdemoro, con el poema La tierra gime.
  • PRIMER FINALISTA: Juan José Gutiérrez Castro, alumno de 2º de Bachillerato del IES Villa de Valdemoro, con el poema Mito del bailarín de Dark Cabaret.
  • SEGUNDO FINALISTA: Eva Fernández Ámez, alumna de 1º de Bachillerato del IES Ávalon, con el poema Ya no más.

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A continuación se reproducen los textos de los poemas ganadores:


APOLOGÍA A TI 


Irene MV 


Miedo a las mareas de tus ojos, a perderme de nuevo buscándote, 
Como una niña asustada. 
Miedo de abandonarnos, de recaer 
En la adicción más profunda, en los labios más eternos. 
Tengo miedo a no ser fuerte, a huir de nuevo 
Y ante la duda, volver a quedarme. 
Miedo de asomarme al vacío y verme reflejada en ti. 
Tengo miedo de promesas que no se cumplen. 
Miedo a heridas que no cicatrizan. 
De balas directas al alma, a matar cada sentido. 
Tengo miedo de jugar a quererte, de dejarme ser 
Y de que rompas, quiebres y destroces como si no te importara. 
Miedo a olvidar cada palabra rota, 
Cada poesía muerta en cada calle vacía que recuerdo. 
Tengo miedo de sentirme mía, muy mía, 
Sin saber cómo hacerlo. 
Miedo a caricias que queman en noches de infiernos, 
A tactos que imploran cielos y son el mismo diablo. 
Miedo a trenes que solo pasan una vez en la vida, 
A oportunidades efímeras que se escapan, 
A no respirar y perderme el paisaje. 
Tengo miedo a ahogarme en vasos de agua, en jarras de lluvia, 
En noches de tormentas. Poderosas, solitarias, 
Entre versos, en besos y en bocas, 
Agosto, enero 
Y tú y yo. 
Miedo.


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La tierra gime. 



Ana Gallego Almodóvar 



Muerto el brote, se hiere, 
retorciéndose entre deshechos, pisada, 
perdiendo sus raíces, olvidada, 
desesperada por curar su herida, la vida. 

Esparcida por el suelo, 
sangra y sangra desahuciada. 
Envuelta en cicatrices, inerme, 
yace agonizante, maltratada... 

Los árboles, testigos, lloran, 
la tierra en savia se ahoga; 
y el fruto, ponzoñoso, 
alimenta las fauces de la humanidad. 

De sus entrañas, la vida sale huyendo, 
sólo la muerte vuelve al seno.


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MITO DEL BAILARÍN DE DARK CABARET” 



Juan José Gutiérrez Castro 



¿Cuántas veces será el enemigo 
el irascible viento enfurecido 
hacia los libres cultivos de trigo 
trajeados en la boda del estío? 
Cuántas veces tomará la Fortuna 
a aquellos que danzan como contornos 
sin temer al alba de la locura? 
Suaves aromas que acechan jocosos. 
Y tú, que negaste a los ebrios trazos 
para bailar al son de los pájaros. 
Y tú, que mataste a la reina Dido 
para navegar al Lacio latido. 


Nació la niña infante 
de las ascuas agridulces, 
que torna en arpas flamígeras 
y en cítaras azules 
los más crueles arcabuces. 
¡Oh! ¡Cuán bello es su talante, 
rociada de astrales luces! 


No la dejes enclaustrada, 
¡por favor! Yo te lo pido. 
No la dejes amarrada 
entre las vértebras del río, 
pues yo la amo y ella a mí. 
Entre aquel arcobaleno
Danzando solos, Alhelí. 


II 

En el vodevil de los azahares 
cantan los inquietantes lirios tigre, 
mientras fuera festejan carnavales, 
la balada de aquel danzante triste 
que perdió a su amada al bailar 
en las profundas columnas del río. 
Y ahora trastabilla al danzar. 
¡Oh, Luna! Jinete del cielo frío, 
que la abandonas pálida en la cuna 
junto con esta repentina lluvia 
que devora la colorida dula. 
¡No soporto esta mísera injuria! 


Y desvanece afligido, 
aunque firme y orgulloso, 
de este nuevo mar de olivo; 
duende sereno y frondoso. 
Y tumbado él en los brazos 
de la cítara que late, 
suelta palabras cuando arde, 
mientras se abren largos lazos: 
Yo me alzo a ella y ella a mí 
entre aquel arcobaleno
danzando siempre, Alhelí.


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YA NO MÁS 

Eva Fernández Ámez



Ya no más. 

Ya no revuelvo puñales de arena escocidos en vinagre 
donde las lágrimas ácidas escurrieron por barrancos color carbón. 
Ya no puedo chillar palabras resentidas de dolor; 
ni abrir cicatrices delirantes envueltas en sudor 
llenas de sangre seca y de la indiferencia de un día triste de relámpagos. 
No más mentiras esqueléticas 
que se escondan tras la podrida máscara del desengaño. 
Terminé de repetir versos sordos a punto de ser gritados; 
de deshacer nubes llenas de alcohol y de pitidos extraños 
que reconcomen el vacío infinito de una escalera sin salida. 

Ya no más. 

Ahora solo revolveré puñales de arena para hacer castillos, 
donde las lágrimas dulces desborden los océanos. 
Puedo y quiero cantar una canción llena de colores, 
de heridas curadas con algodones de amor. 
Solo deseo verdades felices 
que se manifiesten tras una inocente mirada de niño. 
Ahora soy capaz de llenar hojas de poemas, 
de versos que se alegran por haber sido escritos. 
Tengo ganas de construir sueños, 
más sueños, 
cosidos minuto a minuto, 
segundo a segundo.

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