DÍA DEL LIBRO-2014. CONCURSO DE RELATOS 1º Y 2º ESO
Los relatos, elaborados por los alumnos durante una sesión lectiva, no podía superar las dos caras comenzaba por el siguiente microcuento del escritor argentino Adolfo Bioy Casares:
La cocinera dijo que no se casó porque no tuvo tiempo. Cuando era joven trabajaba con una familia que le permitía salir dos horas cada quince días, Esas dos horas las empleaba en ir en el tranvía 38, hasta la casa de unos parientes, a ver si habían llegado cartas de España, y volver en el tranvía 38.
Resultaron ganadoras dos alumnas ex aequo: Ángela Quero Prieto (2ºAE) y Paula Cano Ruiz (2ºDE). Se concedieron dos accésit a José Miguel Rodríguez García (1ºAE) y a Daniel Veleda Delgado (1ºCE).
Un marido para Elizabeth
La cocinera dijo que no se casó porque no tuvo tiempo. Cuando era joven trabajaba con una familia que le permitía salir dos horas cada quince días, Esas dos horas las empleaba en ir en el tranvía 38, hasta la casa de unos parientes, a ver si habían llegado cartas de España, y volver en el tranvía 38.
Fernando sabía que buscarle un marido a su cocinera no iba a ser cosa fácil, ella tenía casi cuarenta y cinco años y no era demasiado atractiva, al menos eso pensaba, pero ella había cuidado de él desde que los padres de Fernando murieron en ese trágico accidente de coche y la quería como a una madre.
A primera hora de la mañana Fernando salió de su casa sin ni siquiera desayunar, algo realmente extraño pues no se había perdido ni uno de los desayunos de Elizabeth desde hacía más de treinta años. Al salir de su casa Fernando pensó cómo podría lograr que Elizabeth y un buen hombre acabaran juntos. Caminó durante dos horas por las calles de Londres hasta que le empezaron a rugir las tripas. Fernando se dio cuenta de que con las prisas no había desayunado, se dirigió a la cafetería más cercana y pidió un café y unas galletas. Mientras comía se acordó de un viejo doctor muy amigo suyo que estaba soltero y pensó que podría ser un buen marido para Elizabeth.
-Número ocho de Grimbund Palace -leyó Fernando cuando llegó al edificio donde vivía el doctor Harry James Longbottom. Llamó a la puerta pero nadie le abrió, era evidente que el doctor no estaba en casa. Fernando volvió triste y preocupado a casa y se encontró con una grata sorpresa, en el recibidor charlaban alegremente Elizabeth y el doctor Harry.
-Quién sabe- pensó Fernando- puede que esos dos lleguen a algo.
No se equivocaba, un año después el doctor le pidió matrimonio a Elizabeth y esta aceptó encantada. En la boda, Fernando se sentía orgulloso de ser el padrino de Elizabeth. Su cocinera, había encontrado un buen hombre.
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