jueves, 16 de diciembre de 2021

El Fantasma del Villa

¿Nunca habéis sentido la presencia de un fantasma en el instituto? Creo que, si habitara entre nosotros, se alimentaría de libros, ya que aquí, en el instituto, no hay nada más que niños y libros. No creo que coma niños, ya que, aunque a veces somos un poco plastas, él nos quiere mucho; si no, no tendría compañía. Un fantasma solo en un instituto con adultos no tiene sentido, él prefiere a los niños. 
 

 
Por las tardes está un poco solo; se siente bien solo pero con gatos. Los gatos le quieren mucho ya que él les da de comer. A Fantasma le gusta jugar a la hora del té con ellos, coge las sillas del aula de profesores, junta algunas mesas de las aulas que encuentra por ahí, le roba a la cocinera los ingredientes de los bocadillos del día siguiente y, como servilletas, utiliza los apuntes que se ha dejado alguien en la cajonera. ¡Total, esa persona nunca más se acordará de mirar debajo de su mesa para ver si había algo! Las cortinas las utiliza como mantel, sobre todo, las del aula de Usos Múltiples, porque le parecen bonitas, aunque se manchan fácilmente si sus amigos felinos se suben encima de ellas. Este fantasma es muy elegante, sus bonitas botas deslumbran a donde va, por eso le gustan tanto. 

A media noche sale a ver las estrellas con sus amigos con bigotes. Coge las sillas del aula que está más cerca y las lanza por la ventana, por esta razón las sillas y mesas tienen esos arañazos y golpes, no son los niños los que hacen eso. También le gusta pintar las paredes; raya y pinta todo lo que le viene a la mente, pero hace poco le quitaron sus pinturas, el director hizo que las quitasen debido a que él piensa que lo hicieron los niños. Fantasma e Ismael se ve que no se llevan muy bien. Fantasma está enfadado por lo de las pinturas e Ismael con él, porque acordaron que Fantasma rellenaría los botes de desinfectante pero como no lo hizo, el director tuvo que contratar a unas personas para que lo hiciesen. 
 
Es el encargado de encender la calefacción en invierno, pero a veces se le olvida levantarse temprano y al final no la enciende. Se siente muy mal cuando ocurre eso. También le gusta poner la música que escuchamos al final de los recreos o en los cambios de clase. 

Saber de la existencia de Fantasma es un verdadero privilegio ya que él es muy tímido. Un profesor que lo conoce, por ejemplo, es Juan Gallego. Un día Fantasma entró a la clase de 3ºC por equivocación, dando, sin querer, varios portazos. Juan, sorprendido, nos dijo: “Chicos, vosotros tranquilos, es el fantasma”. Pocas personas creímos que fuera de verdad Fantasma. 

Sofía Morales (3º ESO)

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