Los agraciados fueron Hongbo David Zhang (Premio Extraordinario de Bachillerato, del IES Maestro Matías Bravo), y Joel Martín, Natalia Aguilera y Álvaro Carrasco (Premios Extraordinarios de la ESO, los tres del IES Villa de Valdemoro).
Las intervenciones más emotivas recayeron en los discursos de los alumnos. Reproducimos aquí el que leyó Joel, en nombre de los tres estudiantes agraciados del IES Villa de Valdemoro.
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Estimadas autoridades, familias y compañeros; queridos profesores y equipos directivos aquí presentes.
Ante todo, queremos agradecer al Ayuntamiento de Valdemoro que haya organizado este acto tan entrañable que reconoce la labor, esfuerzo y dedicación de algunos de sus vecinos, como es nuestro caso; si bien, somos de los más jóvenes.
En especial, gracias al alcalde-presidente, David Conde, y al concejal de Educación, Andrés Leandro Pous de la Flor, por el reconocimiento.
También gracias a nuestras familias, que nos han apoyado y ayudado en todo momento incluso en los momentos más difíciles.
En todo caso, no se consigue todos los días un premio extraordinario de la Comunidad de Madrid. Y estamos muy satisfechos y orgullosos de ello, la verdad.
Y gracias también a nuestros institutos; en nuestro caso; el IES Villa de Valdemoro, que nos ha inculcado desde que llegamos el afán constante de superarnos a nosotros mismos.
Podemos decir que hemos ganado, pero no sería cierto del todo. Nosotros nos llevamos las fotos, el reconocimiento público en un diploma. Pero muchos otros, compañeros y compañeras nuestros, se esfuerzan cada día, tratan de ser mejores, pero no con el afán de superar al que tenemos al lado, sino a sí mismos.
Como todo buen atleta, el objetivo es mejorar la marca personal de cada uno, dar lo mejor de sí, ser los mejores respecto a nosotros mismos, cada uno con sus afanes, sus gustos y sus inquietudes. Y, también, nuestras flaquezas, porque no todo se nos da bien, a veces tenemos que esforzarnos mucho más de la cuenta en asignaturas que nos cuestan un poco más.
Por eso no existen victorias, sino progresos: aún nos queda mucho, muchísimo por aprender. En esto, somos bastante socráticos, la verdad. Nos mueve el ímpetu de la curiosidad. Ese es el secreto, si es que existe, para lograr unos excelentes resultados académicos. Espíritu de superación, curiosidad, ganas de aprender. Porque aprender puede ser también muy divertido.
Los alumnos aquí presentes no concebimos la excelencia sin la solidaridad, y para ello no hay que olvidar que la educación es un arma poderosa para cambiar la sociedad y que sea más justa con las necesidades de cada uno. Con esto no solo nos referimos a aquellos que tienen más dificultades, sino también a los que tienen más capacidad que los demás, a los que muchas veces no se les presta mucha atención. Venimos de un instituto público y, por eso, sabemos de lo que hablamos. Y estamos muy orgullosos de nuestro origen.
No puedo extenderme más porque me han dicho que debemos ser breves.
Muchas gracias de nuevo por el reconocimiento. Y muchas gracias a todos por escucharme.
Ante todo, queremos agradecer al Ayuntamiento de Valdemoro que haya organizado este acto tan entrañable que reconoce la labor, esfuerzo y dedicación de algunos de sus vecinos, como es nuestro caso; si bien, somos de los más jóvenes.
En especial, gracias al alcalde-presidente, David Conde, y al concejal de Educación, Andrés Leandro Pous de la Flor, por el reconocimiento.
También gracias a nuestras familias, que nos han apoyado y ayudado en todo momento incluso en los momentos más difíciles.
En todo caso, no se consigue todos los días un premio extraordinario de la Comunidad de Madrid. Y estamos muy satisfechos y orgullosos de ello, la verdad.
Y gracias también a nuestros institutos; en nuestro caso; el IES Villa de Valdemoro, que nos ha inculcado desde que llegamos el afán constante de superarnos a nosotros mismos.
Podemos decir que hemos ganado, pero no sería cierto del todo. Nosotros nos llevamos las fotos, el reconocimiento público en un diploma. Pero muchos otros, compañeros y compañeras nuestros, se esfuerzan cada día, tratan de ser mejores, pero no con el afán de superar al que tenemos al lado, sino a sí mismos.
Como todo buen atleta, el objetivo es mejorar la marca personal de cada uno, dar lo mejor de sí, ser los mejores respecto a nosotros mismos, cada uno con sus afanes, sus gustos y sus inquietudes. Y, también, nuestras flaquezas, porque no todo se nos da bien, a veces tenemos que esforzarnos mucho más de la cuenta en asignaturas que nos cuestan un poco más.
Por eso no existen victorias, sino progresos: aún nos queda mucho, muchísimo por aprender. En esto, somos bastante socráticos, la verdad. Nos mueve el ímpetu de la curiosidad. Ese es el secreto, si es que existe, para lograr unos excelentes resultados académicos. Espíritu de superación, curiosidad, ganas de aprender. Porque aprender puede ser también muy divertido.
Los alumnos aquí presentes no concebimos la excelencia sin la solidaridad, y para ello no hay que olvidar que la educación es un arma poderosa para cambiar la sociedad y que sea más justa con las necesidades de cada uno. Con esto no solo nos referimos a aquellos que tienen más dificultades, sino también a los que tienen más capacidad que los demás, a los que muchas veces no se les presta mucha atención. Venimos de un instituto público y, por eso, sabemos de lo que hablamos. Y estamos muy orgullosos de nuestro origen.
No puedo extenderme más porque me han dicho que debemos ser breves.
Muchas gracias de nuevo por el reconocimiento. Y muchas gracias a todos por escucharme.
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