El buen perdonar
Odio y rencor había,
más desdicha que inquina,
no pude remendar, pues me cohibía.
Mas no me arrepiento,
pues una cosa es segura,
discrepancia no era,
enemistad, un eufemismo,
más válido llamarlo aversión sería.
Pero como todo en la vida,
las cosas se enfrían,
incluso el ferviente odio.
Perdonado te considero yo,
porque más que un enemigo,
eres un antiguo amigo,
que guardo con cariño,
en mi corazón.
He aquí mi perdón,
hecho de la obsidiana,
que una vez fue lava,
pero que ya se enfrió.
No hay comentarios:
Publicar un comentario