Se estableció una compleja telaraña de chivatazos con los teléfonos del hotel (tardamos poco en descubrir su funcionamiento, jaja), y en ese momento comenzó el tira y afloja de profes contra alumnos. Pero, al final, todo acabaría con un final feliz, sin contar con los enfados del tercer día, cuando nos quitaron los teléfonos (quizás, abusamos un poco de ellos).
Y visitamos lugares maravillosos llenos de encanto que nos dejaron a más de uno sin palabras. En el cabo da Roca, pudimos observar la inmensidad del océano sintiéndonos empequeñecidos ante la belleza de un paisaje irrepetible. Nuestro paseo, en Sintra, hasta el palacio de Pena... Aunque agotador y al final un poco decepcionante, muchos no llegamos a ver el palacio por motivos no gratos de recordar, pero nos mostró un paisaje impresionante, tanto por la flora autóctona como por las vistas que se nos ofrecían del pequeño pero encantador pueblo de Sintra.
Y llegamos corriendo a Mafra, casi con la lengua fuera, aunque al final no llegamos por los pelos. Disfrutamos de la fachada del majestuoso palacio-convento que da fama a la ciudad, dejándonos en el recuerdo, la que diría yo, mejor foto del viaje. Agradecemos este hecho a Ángel, uno de los profesores que nos acompañó, que además de estar con nosotros a cada momento, soportó nuestras excursiones nocturnas a habitaciones ajenas.
Realmente le debemos dar las gracias a los tres profesores que rescataron nuestro viaje del desastre y superaron una y mil desventuras. Gracias, Ángel, Bea Y Paz. Ya en Lisboa, que visitamos el martes, pudimos visitar los restos del castillo de San Jorge y el monasterio de los Jerónimos, dejándonos para el recuerdo unas espléndidas instantáneas. Además de ver, por último, la simple pero majestuosa torre de Belém, mientras que un emotivo anochecer caía sobre las aguas del río Tajo en nuestra postrera noche en el país luso.
Y todo pasó, ya hace casi tres meses, pero siempre quedarán en nuestros recuerdos las llamadas de teléfono nocturnas, las fiestas en el autobús, los cantes a Joao, nuestro conductor, al que volvimos loco en más de una ocasión; el partido Barça-Milán, en el que todos se colocaron la camiseta madridista, mientras Paz defendía los colores blaugranas; las sopas interminables de cualquier cosa que comíamos tarde y noche, y mil y una historias más.
De todos modos, con lo malo y lo bueno, en mi corazón y en el de mis compañeros quedará ese país que en tan poco tiempo nos dio tanto por lo que sonreír. Gracias profes. Gracias compañeros. Gracias Portugal.
La próxima vez os invitamos a descubrir nuestras Expediciones de Fin de Curso.... Expedición Lusitania (Potugal) , Expedición Tatra (Polonia), Expedición Oder Vistula (Polonia), Expedición Loira (Francia), Expedición Teruel (España), Expedición País Vasco (Francia y España) y en breve .... Expedición Stonehenge (Inglaterra)
ResponderEliminarAsociación A.P.T.C.E. www.aptce.eu